BOSNIA Y HERZEGOVINA: "Las aventuras del carnicero Mladić y sus amigos"




Estábamos en Mostar y había que partir rumbo a Sarajevo. La opción que más me gustaba era la de tomar un tren que une ambas ciudades separadas por 129 KM. Si, hasta en países menos desarrollados que la Argentina, unir a dos ciudades un tanto distantes entre sí es una posibilidad posible, valga la redundancia y siendo un poco irónicos con el sistema ferroviario argentino. Y no me refiero simplemente al hecho de que exista un tren que una a las ciudades en cuestión, sino a que tarde un tiempo razonable, tenga una frecuencia lógica y un precio acorde. Y es que, ¿Cuántos de los que vivimos en Argentina, cuando tenemos que viajar de Buenos aires a Rosario, o de Santa Fe a Rafaela, pensamos naturalmente en hacerlo en tren? Solo aquellos que están un poco inmersos en la materia, son un poco más aventureros o buscan ahorrarse unos pesos, analizan dicha posibilidad. Volviendo al tema, la otra opción era viajar en bus, y parecía la más viable, porque no había que despertarse tan temprano para tomar el tren (No es que me contradiga, pero levantarse a las 5 y pico de la mañana cuando estás de viaje y relajado, no es la opción más seductora) y costaba apenas unos marcos bosnioherzegovinos más. Pero, tomando unas cervezas la noche anterior en el hostel donde estábamos hospedados, charlando con un colega venezolano llamado Alejandro, radicado en Barcelona y anti-chavista por un mix de herencia y autodeterminación, nos comentó que él viajaba a dedo porque para él, cada moneda que se podía ahorrar lo ayudaba a solventar un viaje alrededor de Europa que llevaba ya varios meses.

Debo ser una de las pocas personas del mundo que piensan de esta manera, pero me gustan los viajes largos en tren o en bus. Me parecen una excelente oportunidad para estar en contacto con uno mismo, y hacer las cosas que normalmente no te das el tiempo para hacerlas. Para los hiperquinéticos y ansiosos, tomarse un rato para simplemente escuchar música o leer un libro es toda una hazaña, pero en esas pequeñas pausas que te da un viaje de larga distancia, muchas más opciones no tenés, (Aunque poco a poco el WI-FI comienza a adueñarse del rubro “pasatiempo” en todos los medios de transporte). Por eso, no me seducía del todo usar el tiempo de viaje para compartirlo con un desconocido al que obviamente iba a tener que darle charla. Pero el espíritu aventurero y por qué no, el beneficio de ahorrarse unas monedas que no iban a venir mal, estuvieron por encima del capricho “Ansio-perquinético”, y así fue como tuvimos nuestro debut a la hora de hacer un cartel que de un lado decía “Mostar” y del otro decía “Konjic”, que era una ciudad a mitad de camino, porque entre otros consejos útiles que nos dio nuestro hermano sudamericano, estaba el de “Primero intentar llegar a una ciudad intermedia, por si no era posible encontrar a alguien que te llevara hasta el destino final”. De esa manera aumentaríamos las posibilidades de poder llegar a dedo, aunque sea parcialmente. También nos explicó que lo ideal es encontrar una calle, ruta o autopista que no tenga otra salida que al camino que debemos tomar para llegar a nuestro destino. Y para nosotros fue una suerte que ese punto estaba localizado junto a la terminal de buses, con lo cual, si no teníamos éxito en nuestra aventura, podríamos simplemente ir y tomar un bus.




UN SULTÁN CON ALGO QUE CONTAR
Estuvimos bastante tiempo intentando que alguien nos llevara, sin demasiada suerte, hasta que, cuando estábamos cerca de desistir, paró una camioneta Audi Q7 y nos ofreció llevarnos hasta muy cerca de la entrada a Sarajevo. Tomé la posición de copiloto, y para mi sorpresa, esta persona solo hablaba en bosnio, árabe y algo de alemán. No es que sea poco, sino que me refiero a que escaseaba de la lengua mundial (Querido Esperanto, ya lo destronarás!):Su inglés era casi nulo, con lo cual me pregunté cómo podía esa persona tener ganas de compartir su viaje con dos personas con las que prácticamente no iba a poder hablar. Pero Samir, que se hacía llamar “Sultán” (Quizás haciendo también un poco alusión a su estatus social), era así. Se lo veía feliz y despreocupado, y seguramente no tenía problema en compartir ese viaje con nosotros más allá de la condición recientemente mencionada.

A duras penas, logramos intercambiar algunas palabras y conocernos un poco. Así fué como, de nuestro intercambio inicial, concluímos que era el dueño de una empresa de servicios de limpieza, que vivía cerca de Sarajevo, que estaba casado y que si mal no recuerdo tenía dos hijas. Pero se notaba que Sultán quería ir un poco más allá y de que tenía algo para contarnos. Nos empezó a hablar de algo que indudablemente tenía que ver con la guerra. Hablaba de los musulmanes, pero no sabíamos si era musulmán y hablaba favorablemente de ellos, o todo lo contrario, en un país donde las guerras religiosas y territoriales eran aún un tema reciente. Sabiendo que Bosnia-Herzegovina está habitado por bosnios musulmanes, bosnios croatas y bosnios serbios (Sí, a pesar de ser un país independiente, lo habitan personas de estas tres nacionalidades y está dividido en tres regiones relativamente autónomas, representando a cada una de ellas), y donde la religión fue motivo del derramamiento de sangre de miles de personas, había que ser cauteloso a la hora de hablar con alguien que recién acabamos de conocer. Pero Samir era perseverante y no se rendía en su afán de que entendiéramos lo que nos quería contar. Al ver la dificultad que había para que lo entendiéramos, me empezó a deletrear algo que no tenía ninguna posibilidad de descifrar, y entonces me pidió que lo anotara  para poder buscarlo después en internet. Debo admitir, y bruscamente hablando, que no entendía un pomo lo que me decía, y el resultado de lo que logré interpretar, era que quería que buscara información sobre “Srebrenitza”, que no sabía si era una persona, un lugar o vaya uno a saber qué. Posteriormente, metió su mano en un pequeño espacio que hay entre los dos asientos delanteros, y saco una pequeña bolsita gris brillante y me la dio. La abrí y encontré un parche con un agujero blanco en el medio y algo así como pétalos verdes a su alrededor, lo que parecía ser una flor. Normalmente hubiera pensado que me lo estaba regalando, pero estaba tan bien presentado que parecía ser un amuleto o algo así. No logré entender finalmente si era o no un presente, pero había que arriesgar: Me decidí por la opción de que afirmativamente lo era, le agradecí, y lo guardé en mi bolsillo.

Agustina, Samir y yo, rumbo a Sarajevo


Una flor con pétalos blancos y pistilo verde: El símbolo que recuerda a las miles de víctimas de Srebrenica.

Unos kilómetros más tarde, Sultán, sin preguntar y con toda autoridad, paró su camioneta para ir por un café. Es que el café para los bosnios es como para un escandinavo la cerveza o para un Ruso el vodka, y esto se debe al origen otománico que tienen los eslavos.  No omitimos objeción alguna, y lo seguimos en medio de una lluvia torrencial que había en ese pequeño pueblo atravesado por un rio y que parecía ser uno de los principales destinos turísticos para un país que prácticamente no tiene salida al mar. Así fue que pensé que sería cortés tratar de saber cuál era el origen de su obsequio, pregunte por el WIFI y conecté mi celular. Puse en Google algo así como “Srebrenitza guerra”, y a los pocos segundos “¡Srebrenica!”, exclamé con un tono bastante más alto de lo normal.

Es que días antes, comentándole a mi viejo por WhatsApp acerca de nuestras aventuras en Mostar, yo le decía que los bosnios habían sido los que más sufrieron la guerra, y él me dijo que tampoco eran “Carmelitas descalzas”, ya que habían llevado a cabo la masacre de Srebrenica. No investigué acerca de eso, pero me quedó ese comentario dando vueltas por la cabeza. Era cierto que los que perpetuaron esa masacre en parte fueron bosnios, pero en su mayoría fueron los bosnios serbios, que eran pro Serbia y estaban totalmente en contra de la independencia de Bosnia–Herzegovina. Así fue como me puse a leer que era lo que había pasado, y una emoción infinita me recorrió todo el cuerpo al ver la manera en que se habían unido los puntos.

La masacre de Srebrenica consistió en el genocidio perpetrado sobre aproximadamente 8000 personas pertenecientes a la etnia bosnia-musulmana, durante lo que se conoció como la Guerra de Bosnia. Esta guerra se originó luego de que la Republica de Bosnia–Herzegovina, siguiendo los pasos de Eslovenia primero y Croacia después, decidiera, en función de los resultados de un referéndum, independizarse de la ex Yugoslavia en el año 1991, logrando posteriormente ser reconocidos como independientes por la Comunidad Europea y los Estados Unidos.

Pero había un problema, claro, y era que Bosnia estaba constituida por tres grandes etnias mayoritarias: Los bosnios de origen musulmán (Los únicos que se sentían justamente como bosnios), bosnios de origen serbio (De religión católica ortodoxa, y con un sentimiento nacionalista hacia Serbia), y bosnios de origen croata (De religión católica y de identificación croata). Y si bien hubo conflictos a lo largo y ancho del país, lo peor se vivió en el este, en la región fronteriza entre Bosnia y Serbia.


Mapa donde se muestra cual era la mayoría étnica en cada sector (Fuente: Elordenmundial.com)

Los serbobosnios que vivían en Bosnia no querían saber nada con quedar “atrapados” dentro de un país al que sentían que no pertenecían. Porque claro, no era lo mismo sentirse serbio viviendo en Bosnia, pero bajo la bandera yugoslava, que sentirse serbio en una Bosnia totalmente independiente. Intentaron boicotear sin éxito el referéndum independentista, entonces, luego de fallar y una vez declarada la independencia, los integrantes del Ejército yugoslavo en Bosnia, de origen serbio, formaron el Ejército de la República Srpska, que sería el ejército representante de la República Serbia dentro de Bosnia - Herzegovina. Algo así como un país dentro de un país.

El conflicto duró 3 años y 8 meses, desde el 06/04/92 hasta el 14/12/95, y básicamente enfrento a lo que fue el nuevo Ejército de la Republica de Bosnia - Herzegovina (ARBiH), con ayuda parcial del Ejército de Croacia, y al Ejército de la República Srpska (VRS), con colaboración del JPA (Ejercito de la Ex Yugoslavia). Pero lo peor se vivió allí, en Srebrenica.

UN GENOCIDIO EN LA EUROPA CONTEMPORÁNEA
¿Que ocurrió en Srebrenica? Difícil de entender y difícil de explicar, pero vale la pena saberlo: La parte serbia de una Yugoslavia que se estaba desintegrando, intentaba mantener dentro de la federación a los sectores bosnios con mayoría serbia, como para proteger a sus integrantes, aunque la realidad es que los serbios hace mucho tiempo añoraban con formar lo que ellos denominaban la Gran Serbia, un territorio - estado integrado por todos los territorios donde eran mayoría. Es decir, a pesar de que Serbia se opuso a que se desmembrara Yugoslavia, bien es sabido que ellos eran los primeros en añorar su propia independencia. El área de Podrinje Central, era un territorio de mayoría Bosnia Musulmana en medio de toda una región habitada por serbios, lo que representaba un escollo para estos últimos. ¿Como podían anexar toda una región, si había un punto en el medio en donde los que eran mayoría eran los bosnios musulmanes?

Fácil: Hacer una limpieza étnica. Si “limpiaban” la zona de bosnios musulmanes, ya no serían mayoría en aquellos territorios, y en una futura repartición de tierras, toda esa región del Este de Bosnia pasaría a ser parte de la Gran Serbia, porque en TODO el territorio en cuestión la etnia serbia era mayoría.


Ubicación de Srebrenica (Fuente: Wikipedia)

Cuando los soldados del VRS (Dijimos que eran el ejército de la República Srpska, o sea el ejército formado por los soldados serbobosnios que pertenecieron al ejército Yugoslavo) atacaban las pocas ciudades al este de Bosnia que tenían mayoría musulmana, los pobladores se veían obligados a huir a Srebrenica, un pequeño reducto en la región que aún estaba a manos de los bosnios. Dada la situación de aquel entonces, en donde Srebrenica estaba superpoblada y en estado de sitio, la ONU, de papel vergonzoso durante la guerra de Bosnia, decidió declarar al área de Srebrenica como una “Zona segura”, custodiada por los soldados denominados “Cascos azules”, y se le asignó esta misión al sector del Ejército holandés. De esta manera, los serbios ya no la podrían atacar, y esto suponía que los bosnios iban a estar seguros.

De alguna manera, para las autoridades bosnias, la decisión de declarar a Srebrenica una “Zona segura”, era aceptar la limpieza étnica, ya que encubiertamente la ONU estaba “Diciendo” que este era el único lugar en toda la región en la que podían seguir estando los bosnios musulmanes. Pero lo importante se suponía que era salvar la mayor cantidad de vidas. Digo “Se suponía”, porque según el discurso público del comandante de las fuerzas de la ONU, el marroquí con nacionalidad franesa Philippe Morillon, Srebrenica estaba bajo la protección de la ONU y jamás sería abandonada. Sin embargo, la comunidad internacional se rehusó a aportar las tropas de apoyo que se les solicitaban, y el escaso número de soldados solo estaba autorizado a actuar en defensa propia y no en defensa de los civiles. Viendo la “tibieza de la ONU”, los serbios empezaron a presionar sobre Srebrenica. La ONU no enviaba más fuerzas. Las que ya estaban se veían acechadas. El corredor humanitario que permitía la llegada de suministros estaba bloqueado. Y el pánico, la desesperanza y el hambre empezaron a hacerse presentes en Srebrenica.

El 2 de Julio de 1995 fue el día clave: Srebrenica, dada su condición de enclave seguro por la ONU, tenía hasta ese entonces 60.000 civiles refugiados en la ciudad. Ratko Mladić decidió que era el momento de atacar. El 6 de julio, dos columnas del ejército de la VRS penetraron en el área Srebrenica quedando a tan solo 1km de la ciudad. El 8 de julio, el único blindado holandés que pretendía frenar el paso de la VRS fue atacado y decidió retirarse, a pesar del reclamo de los Bosnios. Tal fue la bronca y desazón, que un bosnio decidió arrojar contra el blindado una granada de mano, matando a un soldado holandés. Si, la situación era tan ridícula que los bosnios asesinaban a quienes se supone que los protegerían.


Mladic y las tropas de la VRS
 (Fuente: https://www.taringa.net/posts/info/14175991/Megapost-La-caida-de-Yugoslavia-socialista.html)

La resistencia bosnia era casi inexistente. Las fuerzas de la ONU estaban pintadas. Y la OTAN, por diferentes motivos, denegaba los pedidos de soporte aéreo que se le solicitaban. Decidieron finalmente actuar tarde, pero terminaron declinando sus ataques, en primer lugar, por la escaza visibilidad de la zona, y en segundo lugar, porque los serbobosnios amenazaron con matar a 55 soldados holandeses si los ataques continuaban. La mesa estaba servida para el Carnicero Mladić y sus amigos. 

El 11 de Julio, Srebrenica había caído en manos del VRS. Si, los serbobosnios actuaron por sobre la ONU por sobre y la OTAN. "Como si nada"

MUJERES Y NIÑOS POR UN LADO, HOMBRES POR EL OTRO: COMIENZO DE LA MASACRE
Lo peor en Srebrenica estaba por venir. 25000 personas, en su mayoría mujeres, niños y ancianos, tuvieron que dirigirse a la fábrica de baterías de la ciudad de Potocari, donde estaba el cuartel general de los cascos azules, para poder refugiarse allí, mientras en la TV Serbia se mostraba como un cariñoso Mladić y sus secuaces asistían a los refugiados, les pedían por favor que procedieran ordenadamente y les convidaban agua y dulces a los niños, mostrando un supuesto lado benevolente.

Al mismo tiempo, otros 15.000 civiles, en su mayoría hombres que internamente se los consideraba con la capacidad de portar armas, y soldados del ARBiH, huían de lo peor, corriendo por el bosque hacia la ciudad de Tuzla para poder alcanzar el territorio controlado por el gobierno de Sarajevo. La columna se dividió en varios bloques, liderando cada uno de ellos una selección de pequeños grupos militares, que asumían el cuidado del resto de los refugiados.

Para el 11 de Julio, la situación era desesperante. Los 25.000 refugiados en Potocari estaban desesperados, los vivieres no alcanzaban y el terror dominaba el cuadro. Simultáneamente, un eufórico Mladić le hablaba a su país ante las cámaras de televisión serbias: “… Entregamos esta ciudad a la nación serbia, recordando el levantamiento contra los turcos (Refiriéndose a los Otomanos). Ha llegado el momento de vengarse de los musulmanes”.


El 12 de Julio, Mladić se reunió en un hotel de Bratunac, muy cerca de Potocari, con el comandante de la fuerza de los cascos azules holandeses, Thomas Karremans. Este último, con tal de poder avanzar en algún tipo de negociación que aliviase la situación, aceptó todos los requerimientos de Mladić, entre ellos, que se los fotografiara juntos bebiendo aguardiente. Esta imagen se divulgó rápidamente y de manera viralizada por una Serbia cuya población en gran parte estaba exaltada y orgullosa. Propaganda en su máxima expresión.

Mladić, Karremans y cía, compartiendo un aguardiente. 

LA SOLUCIÓN FINAL
Entre los 25.000 refugiados de Potocari, se detectaron 1.700 hombres, que fueron separados y enviados a ciudades vecinas, donde fueron masacrados de diferentes maneras.  Los que quedaban en Srebrenica veían como la ira y el desprecio crecía entre los soldados de la VRS, que comenzaron incendiando casas para llegar a cometer todo tipo de violaciones de los derechos humanos, incluso una cuasi ejecución azarosa de los refugiados.

Tal era la obsesión de aniquilar a todas las personas de sexo masculino, que la VRS frenaba a los buses de refugiados que viajaban hacia el norte, más que nada a la ciudad de Kladanj (Territorios de Bosnia que eran en su mayoría musulmanes), para ver si no había hombres infiltrados, y en el caso de hallarlos, los bajaban de los buses y los ejecutaban. Y de vez en cuando, algún niño o anciano también se llevaba el premio mayor.

Los serbios ante las cámaras de televisión les decían a las mujeres que los hombres a los que separaban de ellas luego serían enviados en buses hacia el norte para reencontrase con sus familias. Pero cuando las cámaras se apagaban, la única realidad era que eran llevados en buses a aquellos sitios donde serian ejecutados. Si, un cuadro similar al del régimen nazi enviando en trenes a sus víctimas hacia los campos de exterminio.

Las negociaciones de los representantes de la ONU con los serbobosnios lograron que los refugiados sean trasladados hacia los territorios controlados por el Gobierno por Sarajevo, aunque obviamente más de un bus se “perdió en el camino” y nunca llegó a destino.

Por su parte, la columna de 15.000 hombres que huían en situaciones desesperantes hacia Tuzla, fue interceptada por Rodovan Karadžić, mano derecha de Mladić, quien le comunicó por radio a sus tropas: “Matadlos, no necesitamos a nadie vivo”. Esta orden fue interceptada y grabada por operadores de radio bosnios, lo que luego sirvió como prueba para los posteriores juicios en La Haya.

El 12 de Julio el VRS les realizó una emboscada a la altura de la colina de Kamenica, atacando a los Bosnios Musulmanes con artillería pesada. Solo aquellos que pertenecían a la columna y estaban armados pudieron defenderse. De esta manera, muchos de los refugiados que escapaban fueron asesinados durante el combate, mientras que otros huyeron en diferentes direcciones, y otros tantos lograron continuar el camino hacia Tuzla.

Aquellos que permanecieron en el bosque, imposibilitados de continuar camino por el bloqueo que emprendieron los soldados de la VRS, recibieron el acercamiento de supuestos soldados de paz de la ONU, que en realidad eran soldados Serbobosnios vestidos con trajes robados, que incitaban a los refugiados a que llamaran a sus camaradas escondidos también en el bosque, para luego acabar con todos ellos. También se les ofrecía a algunos de ellos entregarse a las fuerzas de la VRS, para ser canjeados luego por soldados capturados por las fuerzas del ARBiH, cosa que jamás sucedería y terminarían corriendo la misma triste suerte.

Finalmente, se puede decir que de los 25.000 refugiados que debían llegar hacia el norte de Bosnia, muchos eran hombres infiltrados que fueron asesinados, mientras que otros tanto fueron masacrados por diferentes motivos, con lo cual el número que llego hacia el destino final fue mucho menor. De los 15.000 hombres que escaparon hacia Tuzla, muchos fueron asesinados en combate, otros simplemente masacrados, algunos se suicidaron, otros al día de hoy siguen desaparecidos, y solo un pequeño grupo llegó al destino final, en situaciones catastróficas, con hambre, casi sin vestiduras, exhaustos y fuertes crisis nerviosas.


Muerte en Srebrenica (Fuente: Clarín)

LO QUE NOS DEJÓ SREBRENICA
¿Qué le dejó Srebrenica a los bosnios? La dura cifra de unas 8.372 personas masacradas, y varias miles más que fueron violadas, torturadas y desaparecidas. ¿A la ONU? Un recuerdo vergonzoso e imborrable de un accionar muy alejado de los ideales que la llevaron a su creación, allá por el año 1945. ¿A la OTAN? La muestra de tibieza y parcialidad. ¿A Europa? Un revés importante para una comunidad europea formada tan solo 2 años antes, en un continente que se creía desarrollado y modelo para el resto del mundo, y donde se suponía que algunas cosas ya no pasaban. “Se perdió la conciencia de una Europa unida”, he leído por ahí. ¿A los serbios? Una imagen triste para el mundo, y una mochila muy pesada para todas aquellos serbios que nada tienen que ver con estas ideas tan inhumanas. También fue un factor condicionante para la posterior pérdida de Kosovo, y una distancia enorme, no solo en cuanto a kilómetros, del sueño de una "Gran Serbia". ¿A los holandeses? Una condena moral internacional, pero también de los propios holandeses, que terminó con la renuncia del primer ministro Wim Kok, y de todo su gabinete. ¿A Mladić? La imborrable figura de ser uno de los dos principales responsables de la masacre. Fue acusado, se fugó y cambió su identidad, fue encontrado en el año 2011 a 80km de Belgrado, juzgado en La Haya y condenado este año (2017) a cadena perpetua. ¿A Rodovan Karadžić? La figura de haber sido el principal co-responsable de la masacre. También fue acusado y también se fugó. Fue encontrado en el año 2008 en Belgrado, con una identidad falsa y trabajando como médico (Era licenciado en Psiquiatría). Tras 8 años de juicio, fue condenado a 40 años de prisión el año pasado como máximo responsable del genocidio de Srebrenica y el sitio de Sarajevo. ¿A Slobodan Miloŝević, presidente de Yugoslavia en ese entonces? Su detención en el año 2001 y el juicio que comenzó en el año 2002,  el cual fue interrumpido por su muerte en prisión en el año 2006 por "Causas naturales", sin dejar de mencionar las teorías de suicidio y asesinato, y un entierro al cual asistieron 50000 personas. ¿Al mariscal Josip Broz Tito, eterno primer ministro de la República Federativa Socialista de Yugoslavia? No sabemos porque no vivió nada de ello, pero si se levantara de la tumba y viera lo que fue de su querida y hermanada Yugoslavia, seguramente volvería a su fosa. ¿Y a mí? A mí me dejo la creación de un lazo difícilmente de romper con Bosnia y su gente, un gran recuerdo del “Sultán” Samir, una gran emoción por la conexión con mi viejo que me llevó a interiorizarme sobre la masacre de Srebrenica, y por sobre todas las cosas, una nueva muestra que confirma aún más mi teoría de que el miedo a preguntar es un pecado.


NUNCA OLVIDES SREBRENICA


FUENTES:
Muestra fotográfica “Gallery 11/07/95” (Sarajevo)
https://es.wikipedia.org/Wiki/Masacre_de_Srebrenica
https://es.wikipedia.org/wiki/Ratko_Mladi%C4%87

Comentarios

  1. Muy completo, falta la versión serbia pero la masacre habla por si sola. (lo de la Bersuit....)

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    1. Es cierto. No llegue a tanto, pero tal vez la version Serbia, sin quitar "merito", haria la nota mas enriquecedora. Gracias x tomarte el trabajo de leerlo y comentar!

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